jueves, 31 de enero de 2013

Sol, luna y estrellas.

El sol, la luna y las estrellas son realidades que la Humanidad ha hecho suyas en numerosísimas ocasiones y contextos. Los astros no nos dejan indiferentes, son grandes, magníficos, impresionantes y bellos. También, a veces temibles.

Iconos de facebook (★ ✩ ✮ ✯✰ ☆ ⋆ ),tatuajes (1), emblemas políticos... siempre han simbolizado muchas cosas en las diferentes culturas y subculturas.



La cultura cristiana ha adoptado estos símbolos cósmicos para orientarlos hacia su significado más certero, más profundo.
La Estrella, expresa simbólicamente, la esperanza de quien aguarda la llegada del día después de las tinieblas de la noche.

Diversos pasajes de la Biblia nos muestran a la estrella como guía, siendo el más famoso el de la Adoración de los Reyes Magos.

Pero en la mayor parte de los casos la estrella se vincula a la Virgen María y el sol a Jesús. Son bellos estos versos de Lope de Vega:
 Una clara estrella tan divina y celestial, que con ser estrella, es tal, que el mismo sol nace della. De Ana y de Joaquín oriente de aquesta estrella divina sale su luz clara y dina de ser pura eternamente: el Alba más clara y bella no le puede ser igual, que con ser estrella, es tal,

 

que el mismo sol nace della. No le iguala lumbre alguna de cuantas bordan el cielo, porque es el humilde suelo de sus pies la blanca luna: nace en el suelo tan bella, y con luz tan celestial; que con ser estrella, es tal, que del mismo sol nace della. 

En la oscuridad de la noche los navegantes, durante muchos siglos, confiaban en las estrellas para orientarse hacia puerto seguro. Conocemos a María con la advocación de "Estrella del Mar".

Ella es la estrella del tercer milenio, como fue en los comienzos de la era cristiana la aurora que precedió a Jesús en el horizonte de la historia.

La Virgen es la estrella de la  evangelización que nos lleva hasta Cristo, el puerto seguro.

Antes de salir el Sol hay una estrella (en realidad es un planeta) que brilla más que ninguna y que incluso podemos ver con el alba. Es la estrella de la mañana que anuncia el día, y con él el fin de las tinieblas. María nos anuncia la llegada del Señor, el Sol que viene. ("Estrella de la mañana", llamamos a María)
Estos símbolos procedentes de las Letanías Lauretanas son los que mayoritariamente acompañan a la Virgen en las diferentes representaciones que de Ella se han hecho.

 
No obstante, en la Inmaculada Concepción, aunque podemos encontrar estos temas, será la presencia de la Luna y el Sol la que más se aprecie dentro de esta iconografía.

El Sol, principio de la vida, la luz; y la luna, vinculada a la noche, lo oscuro, lo misterioso, es decir, la muerte. 
La luna siempre ha sido considerada como Madre, Mediadora, Escalón o Puente entre la Tierra y el Cielo, entre los dioses y los hombres. Así nos lo relatan mitos símbolos y religiones, asociándola con la Materia Primordial, las Vírgenes Madres, Diosas del amor , de la fertilidad, de la sabiduría. La luna, nos va marcando los diferentes ritmos vitales, que duran unos veintiocho días. Su importancia radica en su particular relación con el Astro Rey, con una relación masculino femenina.
El Sol puede ser considerado el elemento opuesto al astro lunar, pero a la misma vez complementario. Simboliza la Justicia, emparejándose con dioses clásicos como Apolo y su carro del Sol. Pasó a identificarse con Dios Padre, Cristo o el Mesías.

Además acompañan a la Madre doce estrellas, alrededor de su majestuosa cabeza, emparejándose con las Doce Tribus de Israel, en su forma originaria.

En el Apocalípsis (12, 1) se tiene una visión, tradicionalmente aplicada a María y a la Iglesia: Se ve a una Mujer “vestida de sol, la luna bajo sus pies y coronada de estrellas”.  También a la Virgen se aplica lo que dice el Cantar de los Cantares: “Hermosa como la luna y limpia como el sol” ( 4, 12). La luna y el sol, en el lenguaje simbólico indican la unión entre el cielo y la tierra. Es representación del Universo material creado.

Las estrellas indican también el honor de la Hija de Sión sobre el nuevo Israel, que es la Iglesia.

Salvo Jesús, no hay en la iconografía cristiana otro objeto representado con tanta frecuencia y con tanto amor como la faz de la Santa Virgen. Los pintores han buscado, a lo largo de los siglos, dar al rostro de la Virgen toda la belleza, la ternura, la dignidad y la grandeza que podían imaginar.


La Madre de Dios aparece siempre entristecida en los iconos rusos. Esta tristeza puede estar llena de dolor o llena de luz, pero siempre repleta de sabiduría y de fuerza espiritual. La Virgen María puede mostrar al Niño al mundo con solemnidad, estrechar al Hijo con toda la ternura o bien sostenerlo ligeramente. Está siempre llena de benevolencia, adora a su Divino Niño y acepta con mansedumbre su inevitable sacrificio.


 En cuanto mujer casada, la siempre Pura lleva en la cabeza un velo que desciende sobre los hombros, según la costumbre de las mujeres hebreas de su época. Se pinta sólo de color rojo (símbolo de sufrimiento y memorial de la descendencia real). Los vestidos están pintados en azul, como signo de la pureza celestial de la Virgen, la más perfecta entre los hombres.
Otro detalle muy importante del vestido de la Virgen son las bocamangas. Son características también de la vestidura de los sacerdotes; en los iconos nos recuerdan la “concelebración” de la Virgen María (y, con ella, de toda la Iglesia) con Cristo, el Primer Sacerdote.

 Sobre la frente y sobre los hombros de la Virgen se pintan tres estrellas doradas. En los iconos, las estrellas se pintan como signo de que María permaneció Virgen antes del parto, en el parto y después del parto. Las tres estrellas son también símbolo de la Santísima Trinidad. En algunos iconos, la figura del Niño Jesús cubre una de las estrellas, simbolizando así la encarnación de la segunda hipostasis de la Santísima Trinidad: el Verbo.
Hay cinco tipos principales de iconos de la Virgen María: “la Virgen que reza”, “la Virgen que indica el camino”, “la Virgen de la ternura”, “La Virgen de toda gracia” y “la Virgen que intercede”.

La Virgen de Częstochowa es un ejemplo
de "Virgen que indica el Camino (Jesús)"
también llamada  “Odigitria” (sólo se le ve una estrella)

Odigitria con tres estrellas






Odigitria con dos estrellas. 
El Niño Jesús ocupa el lugar de la tercera

 
Icono moderno de "la Virgen de la Ternura"
 


Un estudio exhaustivo de la presencia del sol, la luna y las estrellas en la simbología cristiana sería prácticamente interminable, aunque interesantísimo.
Quiero proponer a "La Virgen que indica el Camino" ("Odigitria") como patrona y protectora de este camino que recorremos en comunión, algunos blogueros con al Papa, a lo largo del año de la Fe. Y es que la base de todo el recorrido es que Jesús es el Camino. ¿Quién mejor para mostrárnoslo que Ella?


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(1) Los tatuajes de estrellas pueden tener significados tan simplen como la elección de una estrella en el estudio de la astronomía, o tan complicados como el nacimiento de un niño.Pueden representar un cambio significativo en la vida o un deseo de alcanzar altos objetivos. Aunque también pueden elegirse sólo por la estética...

 

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