¿Por qué vemos las estrellas (puntitos luminosos que se
mueven, aparecen y desaparecen) cuando nos damos un golpe en la cabeza, en el
ojo y en algunas otras ocasiones?
Se debe a la naturaleza de la retina. Ésta constituye la
cobertura más interna del globo ocular, una delgada capa de tejido nervioso
encargado de recoger la información visual y transmitirla al cerebro. Es en la
retina donde se proyectan las imágenes que pasan a través de la pupila, para
luego transmitirlas al cerebro. La células nerviosas que la integran tienen una
naturaleza muy peculiar y especializada, la única respuesta que sabe hacer
llegar al cerebro es información visual. Es
decir que todo estímulo nervioso que provenga de la retina, el cerebro
lo interpretará como información visual (sea ésta real, o no).
Si “aplastamos” o
“tiramos” del tejido retiniano, somos capaces de estimular los receptores.
Estamos engañando al ojo, porque el estímulo no es la luz, pero los receptores
estimulados lo transmitirán como si hubiera llegado una luz brillante. El cerebro
interpretará como un punto luminoso, intenso y pasajero, en la zona del
estímulo.
La parte interna del ojo no está vacía sino rellena del
humor vítreo, una especie de gel que está adherido a la retina. Cuando nos
damos un golpe en la cabeza o el ojo, este movimiento tan brusco hace que el humor
vítreo trate de deslizarse o desplazarse dentro de la cavidad y, por su
naturaleza elástica, tenderá a presionar puntos de la retina en la dirección
del desplazamiento, y tenderá a tirar de las zonas del lado contrario.
No todos los puntos
brillantes producidos sin estímulo luminoso se deben a un golpe; hay otras
causas frecuentes:
•Una falta
transitoria de riego sanguíneo en la cabeza. Cuando estamos tumbados y nos
incorporamos rápidamente, a veces ocurre que vemos estrellitas, se nos oscurece
la visión e incluso nos desmayamos, y se debe a una bajada de tensión arterial.
Sucede igual si la tensión arterial disminuye por otro motivo (dolor intenso,
pérdida de sangre…)
•Un dolor de cabeza
(típicamente una migraña o jaqueca)
•Una tracción o rotura retiniana.
etc.
Lo importante aquí es que la retina está hecha para
transmitir sólo estímulos visuales y si recibe otros los identifica y transmite
como tales.
De un modo análogo, como dice San Agustín (1), estamos
hechos para Dios.Tenemos ansia de infinito, de felicidad, de inmortalidad, de
amor…sed espiritual. Si nuestro corazón no recibe estímulos
adecuados, es decir, la verdadera Fe en el Dios verdadero y su verdadero Amor,
se puede ver engañado por otros estímulos que confunda con la verdad y crea
erróneamente que lo van a satisfacer y hacer feliz. Es el caso de la
concupiscencia de la carne (creemos que con los placeres que ofenden a Dios,
seremos saciados y felices), o de los
atractivos mundanos, o de otros espejismos que el demonio nos presenta. Muy
especialmente sucede con la superstición, hoy tan extendida y las pseudoespiritualidades
como la Nueva Era (New Age) que inspira
nuestra cultura.
Con la Fe sucede algo parecido, el camino es angosto, a
veces fatigoso y los “espejismos” nos pueden debilitar, desviar, corromper. Por
eso Dios, que nos conoce, nos ha hecho caminar en comunidad, la Iglesia. No nos
alejemos de ella, pidamos ayuda cuando nos veamos débiles, alimentémonos de los
Sacramentos.
No queramos caminar solos y no estemos excesivamente seguros
de nuestras fuerzas, no sea que “veamos las estrellas” o “los cantos de las
sirenas” nos desvíen.
(1)«Nos has hecho, Señor, para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti».
Me ha gustado tu reflexión, Pilar. Ocurre que si nos empeñamos en mirar solos al cielo, nos puede ocurrir que no sepamos distinguir Estrellas o estrellas, o simplemente estrellarnos.
ResponderEliminarLa Iglesia, el caminar juntos y en ella nos previene de esos errores y nos orientan por el buen camino.
Un fuerte abrazo en Xto. Jesús.
Gracias. Muy acertado tu juego de palabras. Un abrazo y bendiciones, Salvador
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