jueves, 17 de enero de 2013

NO SALGAS DE NOCHE SIN GAFAS DE SOL ¡¿?! (Parte 2ª)


Como muy bien habéis ido objetando, la solución a la paradoja de Olbers consiste en que  los presupuestos sobre el universo en los que se basa son erróneos:

-El universo no es infinito sino sin bordes (finito pero ilimitado)


-No es homogénea la distribución de las estrellas.


-No tiene una cantidad infinita de estrellas sino indeterminada (en definitiva, el número de estrellas es finito).


-Y sobre todo no es estático.

La comunidad científica tardó casi cien años en llegar a estas conclusiones. Einstein mismo, partidario del universo estático, no pudo resolver la paradoja.


En 1929 Edwin Hubble publicó un estudio del movimiento de numerosas nebulosas planetarias, entonces se demostró la constante expansión del universo. Trabajando en el observatorio de Monte Wilson, fotografió galaxias durante muchas días e incluso muchas noches, en el mismo sitio del cielo. Analizando la luz recogida así de esas galaxias, pudo establecer que todas ellas se alejan unas de otras, e incluso estableció una relación matemática que permite definir como ocurre esta expansión. Esta ley es una de las evidencias mas importantes que apoya la teoría del Big Bang. 

 Los cielos oscuros son otra evidencia de la expansión del universo. La expansión disminuye la frecuencia de la radiación que nos llega (las ondas se estiran) . A causa del efecto Doppler, el mismo que hace que oigamos el silbato de un tren que se aleja hacerse cada vez más grave, la luz que emiten las estrellas que se alejan (más rápido cuanto más lejanas) se va desplazando hacia la zona del rojo del espectro visual hasta que llega un momento en que no es visible para el ojo humano, son ondas de radio. (Aquí he simplificado un poco la explicación, suprimiendo algún paso, pero en el vídeo podréis verla más completa:





 En este vídeo se explica muy claramente la explicación más aceptada a la paradoja de Olberts.



Seguro que muchos podríais dar explicaciones más claras sobre esto, pero espero que para los fines de este post baste mi intento.
Deseo comparar nuestra ceguera a la radiación de las estrellas lejanas y la del eco del Big Bang con la ceguera a las gracias y bondades que Dios derrama constantemente sobre nosotros y para nosotros. Que no las veamos, no significan que no existan.

Muchas veces desconfiamos de Dios porque no entendemos sus planes. Como no "vemos" sus motivos, creemos que no existen y que tendría que aplicar los nuestros. Nos gustaría que se ajustara a nuestros planes, nuestros razonamientos, en lugar de actuar con los suyos que son infinitamente mejores. Sólo con una confianza ilimitada en su bondad, inteligencia y amor, podemos creer, aunque no veamos, que lo que Él dispone es siempre lo mejor: la luz de las estrellas está, aunque nuestro ojo no pueda verla.

Espero haberos hecho pasar un buen rato y llevado a una bonita reflexión con este pequeño juego. Un abrazo

 

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