No sé si en vuestros idiolectos se utiliza
esa expresión que dice algo parecido a “¡Anda,
que “Te habrás quedado a gusto,
¿no?”. Es una ironía. Uno se quedaría a
gusto o descansando si hubiera
hecho la cosa en cuestión a conciencia, lo mejor posible, y el resultado
hubiera sido acorde con el esfuerzo, muy satisfactorio. Por el contrario, en
sentido figurado… ¡Justo al revés!
Me ha venido repetidamente a la mente esa expresión y he
estado meditando sobre ella relacionándola con el tema de esta etapa del
camino. A veces, ese descansar de
algunos, supone hacer las cosas tan mal que carga a los demás con cansancios y
trabajos o penas adicionales. Cuando uno no lleva su propia cruz, la debe de
llevar otro. Está el mundo lleno de personas que tienen esa fea costumbre y
hacen, con ello, malvivir a los que le rodean. Cuando, por el contrario,
llevamos con amor la cruz de otro para aliviarle un poco porque lo vemos
agotado o queremos obsequiarle, la cosa cambia. Mucho más aún si ese otro no es
que esté demasiado cargado sino que es un irresponsable, un egoísta, un
desconsiderado… pero no queremos que haya terceros que sufran las
consecuencias. Cuando nos cansamos por otro con amor, ayudamos al mismo
Jesucristo a llevar la Cruz a lo largo del
camino del Calvario. Simón de Cirene lo hizo, aunque un poco forzado. Aun así,
seguro que Él sabrá agradecérselo generosamente. Las santas mujeres que le
acompañaban moralmente o la Verónica que enjugó su rostro, lo hicieron de buen
grado. Nosotros podemos viajar en el
tiempo y estar allí, realmente presentes para descansar a Jesús. Podemos
hacerlo porque el Sacrificio de la Cruz se actualiza constantemente en la
sagrada Eucaristía. También porque Él, el dueño de los tiempos tiene toda la
eternidad presente ante sí y nos tuvo presentes en el momento de su Pasión.
Podemos hacerlo, finalmente, porque el mismo Jesús nos dice:
"lo que hiciereis con uno de estos pequeños, a mí me lo
hacéis" (Mt. 25, 40)
Resulta muy interesante la Fábula 109 de Esopo, la del caballo y el
asno. Pensemos, no obstante, que muchas veces cargamos con cargas injustas,
a causa de la deshonestidad de otros. Si es esa la voluntad de Dios en ese
momento, no dudemos en hacerlo con amor. En ese caso el que es honesto, el que siempre
es Honesto es Jesús, por quien debemos hacer todo. También podemos descansarle
del peso de nuestras culpas con el ofrecimiento diario de las obras, afectos… ,
la oración, la penitencia, etc.
(continuará)
Gracias por el empujoncito y el tironcito de orejas, cuantas veces se me olvida que cuando dejamos de cargar la cruz, se la cargamos a otro. La foto del burrito me hizo mella también.
ResponderEliminar¡Gracias a ti! Es el Espíritu Santo quien nos tira de las orejillas a todos jejej. Yo soy la primera que, me veo retratada por las inspiraciones que Dios da en la oración y tengo que enmendarme. Gracias a vuestro estímulo me esfuerzo en escribir y orar para ello y vamos profundizando. Somos familia. Que Dios os bendiga
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