No sé qué me pasa a mí con las películas animadas para
niños, que se dividen en dos categorías opuestas: o me aburren muchísimo o las
veo de principio a fin con ojos como platos y me siguen alimentando el corazón
y el alma durante días. Me pasa ahora de igual modo que me ocurría de niña. Una
de las películas que encajan en la segunda categoría es “Monstruos S.A.”. La vi
el otro día por primera vez. Es que no puedo ir al cine y espero a que las
emitan en televisión. Si no la has visto no sigas leyendo, o perderá la emoción…
La acción está repleta de puertas. En realidad, podría
decirse que gira en torno a ellas. Unas puertas que, selectivamente, son
atravesadas por el monstruo adecuado para acceder a la habitación del niño que
le teme. Sí, ése niño en concreto que le tiene como objeto de sus miedos y
terrores, y no otro. El monstruo la atraviesa confiando en obtener esos gritos
de terror tan necesarios en el planeta de los monstruos. Pero sucede un hecho
inesperado y los protagonistas, a causa de traspasar esa puerta, se ven
abocados a un dilema inevitable: confiar en el otro, o no. De correr el riesgo de intentarlo surge la
fuerza de una amistad que conduce al amigo a hacer proezas de las que jamás
hubiera imaginado ser capaz, en pro del amigo. El amor hace posible ese milagro
y es eterno. Ya no es necesario el miedo en el mundo de los monstruos, porque
descubren algo mejor…
Nuestra historia personal, la historia de nuestros
antepasados, la cultura…y ¡el pecado original! nos han hecho temible ese abismo
que separa a unos de otros, a un corazón
de otro. El camino hacia el misterio del corazón de un amigo lleva
inevitablemente a descubrirle el nuestro y es, en cierto modo, un acto de fe. De
fe humana pero, puede serlo también de Fe sobrenatural si descubrimos en cada
hermano a Jesús. Cuanto más vale una
amistad más costoso es superar esas crisis de confianza que surgen en su
crecimiento. Nos sabemos vulnerables y estamos, en cierto modo en manos del
otro, sólo protegidos por el amor. Pero vale la pena, vale muchísimo la pena y podría
decirse que es lo mejor de la vida.
Lo mismo ocurre con la puerta de la Fe que sólo podemos
atravesar con un acto de confianza sostenido por el Amor de Dios. Sí, ¡vale la
pena dar el paso!
Monstruos S.A. Tomas Falsas:
Magnífica vivencia.
ResponderEliminarMe quedo con el camino hacia el misterio del corazón de un amigo ... , (magnifica reflexión), que nos lleva al paralelismo con la puerta de la Fe,QUE SÓLO PODEMOS ATRAVESAR CON UN ACTO DE CONFIANZA SOSTENIDO POR EL AMOR DE DIOS.
¿VALE LA PENA CRUZAR ESA PUERTA?
SI, POR SUPUESTO
¡Y yo!
EliminarMe ha encantado... he rezado con esta reflexión y esto no siempre se puede decir.
ResponderEliminarA mí también me gustan –mejor dicho, me encantan– las películas de dibujos... sobre todo las que hace Pixar. Abren hacia un mundo que no sólo entienden los niños, porque tienen sus películas matices para todo el abanico de edades.
En Monstruos S.A. me impactó la ternura... incluso los que se dedican a hacer el mal son capaces de convertirse... necesitan de nuestra ternura para activar la suya... bondad llama a bondad. Pero, lo que más me gusta de esta película es que la revolución "energética" que lleva consigo la alegría –y nunca puede dar el miedo– es capaz de superar con creces y transformar las vidas de los personajes... viven el día a día con otra chispa.
¡Muchísimas gracias, Voltereteando!, tu comentario me parece precioso y me hace muy feliz. Que Dios te bendiga, nos encontramos en los Corazones de Jesús y María
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